9 de agosto de 2010

Un encuentro que sirvió para ir tirando puentes

La reunión en el Palacio San Martín entre los asambleistas de Gualeguaychú y el Canciller H. Timerman, finalizó con una conferencia de prensa en donde los representantes de Gualeguaychú, en relación al  acuerdo firmado con el Uruguay para el control conjunto de la papelera, sostuvieron que se llevan algunas respuestas, pero que aún tienen dudas sobre el monitoreo.
Timerman se comprometió a ir a Gualeguaychú dentro de los próximos treinta días. Antes, viajarán para dar una charla la consejera legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti, y el coordinador del equipo de científicos que reunieron las pruebas llevadas a La Haya, Juan Carlos Colombo. Son gestos que buscan convencer a los entrerrianos de que el Gobierno tiene la voluntad política de tomar muestras en Botnia-UPM para saber si contamina.
La delegación, formada por diez vecinos, fue recibida por el canciller en uno de los salones del Palacio San Martín. La conversación duró casi dos horas. Timerman los esperó acompañado por su plana mayor: el vicecanciller Alberto D’Alotto, Ruiz Cerutti y el representante argentino ante la CARU, Hernán Orduna. Había convocado, además, al secretario de Ambiente, Homero Bibiloni. El encuentro fue más que numeroso: del lado entrerriano se agregaron el gobernador Sergio Urribarri, su secretario de Ambiente, Fernando Raffo, el senador Guillermo Guastavino y el intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo. Del “50 y 50” que dijeron llevarse de la reunión los asambleístas, la mitad positiva estuvo hecha de una garantía que les dio el canciller, quien les aseguró que “si Botnia contamina se tendrá que ir”. De todo lo que pueda decir el Gobierno sobre el conflicto, eso es lo que le interesa escuchar a la gente de Gualeguaychú, convencida como está de que la pastera contamina y de que el real problema es cómo demostrarlo. Por su parte, si hubiese problemas ambientales, el comité de científicos podrá entrar cuantas veces sea necesario a la planta. El acuerdo firmado por los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica dice “doce veces por año como máximo”, pero el canciller aseguró a los asambleístas, y después volvió a decir en una conferencia de prensa, que “ante la eventualidad de que haya graves perjuicios para la salud, evidentemente vamos a seguir entrando porque, como en cualquier lugar, si hay un perjuicio para la salud, la función de un gobierno es alertar a la población”.

Las dudas que quedaron sin responder giran en torno a cómo va a ser el monitoreo, porque la determinación de qué se va a medir, con qué parámetros y métodos todavía no fue hecha. Orduna, el representante argentino ante la Comisión Administradora del Río Uruguay, explicó que esto se definirá en ese ámbito, donde los argentinos deberán discutirlo y llegar a un acuerdo con los uruguayos. El secretario de Ambiente, Bibiloni, agregó que el equipo de científicos de las universidades de La Plata y Buenos Aires que trabajaron en Gualeguaychú durante los últimos años, en el plan de vigilancia ambiental, seguirán trabajando.
El tema del monitoreo es extremadamente técnico. Está lleno de variables desconocidas para quien no tenga formación científica, incluidos los funcionarios que participaron de la negociación del acuerdo. Pero está claro para todo el mundo que la negociación que viene, para diseñar el plan en sí, será dura.

Luego de la reunión y la conferencia de prensa mencionadas, el canciller Héctor Timerman aclaró que en la reunión que mantuvo con los asambleístas de Gualeguaychú no dijo “si Botnia contamina, la cierro”. El ministro señaló que “bajo ningún concepto el canciller argentino puede cerrar nada en Uruguay. Incluso si contaminase una empresa en Uruguay no tengo autoridad para hacer nada. Quiero que lo descarten porque es una ridiculez”. En caso de que se verificara que la fábrica contamina, agregó, “la autoridad correspondiente va a tomar las medidas necesarias. En Uruguay, será la Dinama”. El canciller informó que “en este momento estamos eligiendo los dos científicos argentinos que van a conformar la comisión de control medio ambiental en ambas márgenes (del río Uruguay) y, al mismo tiempo, se está hablando en la CARU para saber exactamente los valores y los parámetros con los cuales se van a medir todos los establecimientos agrícolas e industriales de ambas márgenes”.

Fuente: Página 12/